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lunes, 19 de marzo de 2012

La pesca submarina, ¿angel o demonio?



La pesca submarina es una atractiva y fascinante actividad deportiva, más que una acitividad recreativa. Requiere de numerosas destrezas, conocimientos; además de una buen estado de forma física y grandes conocimientos del medio y la biología de las especies. Se podría decir que un buen pescador submarino es un buen deportista, un atleta, además de un "naturalista". Sin embargo, este reconocimiento no ha tenido lugar de la misma forma entre los usuarios del mar, los pescadores artesanales, los marinos, los practicantes de otras actividades subacuáticas. Pues ya saben, basta que un saco de sal, tenga unos cuantos granos negros para que no veamos el blanco del conjunto. Son ya unos cuantos los practicantes de esta actividad que presumen de sus "excesivas pescas" (capturas por encima del límite permitido), los que pescan en zonas no permitidas, los que venden las capturas y hacen negocio con ellas, etc. Si unos pocos no se ajusten a la legalidad, queda "demonizada" esta bella actividad subacuática.

En este sentido, quisiera mostrar un ejemplo, el del artículo "Jaime Heras. Pesca Extrema en Canarias (Pesca en Amanay y Fuerteventura)" de la revista "Pesca&Apnea submarina" (enero-febrero 2012, nº 124), donde D. Jaime, "necesita" hacer gala de sus aptitudes y conocimientos sin ningún resquemor, presumiendo de pescar donde no esta permitido y de exceder el peso máximo de capturas por día según la legislación reguladora (Decreto 182/2004, Orden de 29 de octubre de 2007 y Orden de 3 de julio de 2008). La captura de más de 20 kg de peces por día y de ejemplares reproductores maduros de gran talla, de especies cada vez más enrarecidas no debe ser un hecho de orgullo. Un verdadero deportista, que presumen de sus éxitos en competiciones deportivas, debe ser un ejemplo para los demás, para sus compañeros, especialmente en los tiempos que corren, donde el honor, la dignidad, la honradez, el rigor, no son valores codiciados o comunes. Si no es así, no tiene de que presumir, no es más que un furtivo más, un "listillo" al que se le da bien matar peces y que no tiene nada más en su interior de que presumir. Esta actitud debiera también ser denostada por sus compañeros, pues es un motivo más para el descrédito social de la pesca submarina y para la imposición de normas reguladoras más estrictas.

Espero que la administración pesquera regional se de por aludida y actúe de oficio al respecto (je, je, je... perdón, me da risa...) y que la dirección de la revista ponga remedio a la difusión del comportamiento de este tipo de "deportista", aclarando lo que debe ser un comportamiento ejemplar para un pescador submarino en Fuerteventura.