Daniel Montero
Dóride fue la oceánida madre de las nereidas, cuyo padre, Nereo, era de la raza de los viejos del mar… Las Nereidas, cincuenta ninfas de agua, representan cada una de las formas del mar: Talía, la sirena verde, Glaucea, la sirena azul, Dinamenea, el vaivén en la orilla, Cimodaré, la calma, Bentesicine, el mar de fondo o Anfitrites, que sedujo al mismísimo Poseidón, señor del mar.
Pasar una tarde observando la evolución del océano en un tramo de costa es suficiente para ver a todas las nereidas juntas, o al menos a casi todas. A poco que se observe, es fácil ver a las nereidas jugando cerca de la orilla. Juegan juntas o en solitario, se ríen, lloran o se enfadan, formando las olas…Observando a las olas se puede comprobar que no hay dos olas iguales, que cada una es diferente de las demás, que cada ola tiene una historia propia y una evolución diferente: que cada ola tiene su personalidad. Observar las olas, dejarse querer por Anfitrites, embruja, seduce, enamora…
Inauguramos aquí una sección en la que recogeremos consejos prácticos para fotografiar olas y maneras de ver el mar canario desde detrás de una cámara, maneras de compartir conversaciones privadas con el océano, y descubrir sus secretos y que nos otorgue de vez en cuando sus caprichos.
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